SER BOYACENSE
Ser boyacense de pura cepa, es el orgullo que llevamos los
Belemitas en el corazón.
Su origen, su idiosincrasia, tesón y vicisitudes que lleva a cuestas para salir
adelante, son las armas y herramientas que hacen de Belén un pueblo típico o
atípico en Colombia.
Trataré de hacer un pequeño recorrido por el camino de mi
vida, que aún no ha terminado. Sé donde comenzó mi itinerario, mas no donde y
como terminará; solo quiero mostrarle al mundo, que cuando se quiere...Se
puede, así no se cuenten con los recursos económicos y sociales que exige el
medio de nuestro siglo.
Ese hombre que ves en la foto, es el símbolo de la estirpe boyaca.
Nació hace 92 Abriles y aún no quiere doblegarse ante la inclemencia de los
años. Viejo roble que dio sus frutos de amor y sabiduría a pesar de ser una
persona analfabeta, no sabe leer ni escribir, tan solo firmarse.

Nació pobre de recursos económicos y posiblemente así
terminará los días de su existencia sobre este planeta lleno de dificultades,
pero eso no fue óbice para procrear 5 hijos, y a punta de un jornal campesino a
todos nos dio de comer, nos vistió y como pobre todo lo necesario para
subsistir hasta que cada cual cogió el rumbo que le señaló el destino.
A sus 92 años de edad conserva sus facultades físicas y
mentales. No fuma ni come carne, creo que bebió licor, dos veces en la
vida...Cuando fue a pedir permiso para casarse y cuando murió su querida madre.
Se recoge en su lecho para el descansó a las seis de la tarde, y se levanta a
las cuatro o cinco de la mañana. Reza el rosario y oraciones a cuanto santo ve
por ahí mal puesto. Antes de acostarse se toma una aromática diferente cada día.
El campesino de por si es des complicado, bajo su timidez y su baja preparación
intelectual hace de su vida un placer incomparable.
Y para qué mesas de lujo, manteles, platos y cubiertos de
metal plateado?....Para qué baberos y servilletas de bordados finos ?...Si,
sólo una taza de peltre o barro le dan el toque de aristocracia humana.